Para continuar necesitas
sacudirte, te dicen algunos. Cerrar historias, clausurar las puertas
entreabiertas o cerrar las ventanas. Decir todo lo que quisiste decir, hasta
eso que pensaste en voz bajita. Para
recuperarte, te recomiendan, desandar los caminos sinuosos que dejaron esas
marcas que te hacen paralizarte ante el camino. Para sobrevivir a tu historia
tenes exorcizarte, te sugieren.
Ante semejantes recomendaciones me
quedo paralizada, porque estoy convencida que para continuar, recuperarte y/o sobrevivir solo necesitas mirar y caminar hacia adelante.
¿Por qué será que hay quienes prefieren “regresar”
hacia ese enlodado chiquero para decir o hacer lo que ya perdió sentido. Que es
extemporáneo y, posiblemente, nadie quiera escuchar.
Si bien funcionamos con
estructuras deferentes, confirmas que hay quienes les gusta reeditar el
sangrado de sus heridas. Yo no quiero más eso, no me caben dolores viejos en el cuerpo...